Creo que hoy podemos conversar, aunque esto nos mate algunos minutos.
Te has sentido abusado y no imaginas que yo más que tú. Quizás porque soy más fuerte. Y me sentí con el deber de buscar a alguien que te protegiera.
Mientras tanto yo me refugié en algún lugar arrinconado para no llorar. Aún no lo hago, y ya no creo que sea tiempo de esas tonterías.
Los dos pisamos distintos extremos. Me quedé en el nivel más bajo, y tu alcanzaste a escalar.
Por ahora los insectos volvieron a sonreír. Y es que les tocó ese papel en la obra.
Nuestro guión termina dentro de unos instantes. Y tú, creo que ya comenzaste otra novela... ¿Puedes contratarme?... ¡No! no lo sientas, sé que no es lo mío esto, nunca fuí buena actriz. Puedo comprenderte, entiendo tus razones. Llevo años haciéndolo.
El instante ya llegó... Escrito el 10/03/2010 00:13 am
Tomé tus frías y ásperas manos, como si fuera invierno. Y recordé tu manía de adorar y desear todo lo frío, por eso antes me deseabas, ya no.
Dejando un vaso de cristal con hielo en su interior, derritiéndose, y luego lo bebías.
Muchas cosas que nunca entendí de ti.
¿Te agrada el francés aún? Lo intenté aprender para ti. Lo aprendía mientras te miraba por una de esas tres ventanas, y tu leías uno de esos cuentos sin final, como esto.
Al otro lado de la ciudad nunca querías ir, ¿escondías algo? No, solo era tu falta de curiosidad. Y mi curiosidad la desparramabas por todos lados.
Sonreías pocas veces, pero era agradable.
Tu forma de ser poco común complementaba mi forma de ser igual a la de la mayoría.
La textura de tus manos ha cambiado un poco. ¿Ahora haces otra cosa aparte de beber café y leer? Sí, lo noto todo por tus manos.
Adopté tus hábitos, ¿eso querías?. Siempre logras lo que quieres.
Tú notarás que ya no cometo tantos errores como antes. Al fin aprendí a tomar atención. ¿Eso te alegra?. Ya casi miro siempre ambos lados del camino antes de cruzarlo. Lo logré, es porque pienso que voy contigo.
Tú, ¿aún anotas frases para mí? ¿aún sientes que debes protegerme?
El contacto de tus frías manos con las mías...Escrito el 09/03/2010 23:44 pm.
¡Cómo las personas pueden llegar al punto de ser tan asquerosamente detestables! Incluso en una situación como esta. Y decirles personas ya no les queda. Si ni tienen conciencia. Solo son personas, o mejor dicho, se hacen pasar por personas por conveniencia. Son amables cuando sienten que ya están solos. Luego están seguros de poder sobrevivir sin necesidad de alquien más y su verdadera personalidad sobresale.
Y esto no pasa tan solo en estos momentos...
Hace un rato recordaba algunos momentos y a algunas persona, y es lo mismo que ahora pero quizás menos notorio.
De vez en cuando, observo a ciertos individuos que se caracterizan por su maldad y me pregunto si acaso todo lo que hacen es por inercia o si lo piensan y lo planean antes de hacerlo. si es eso, no pensarán también que un ser superior, al que dicen amar y respetar, los mira y los aborrece?...
¡Pero si el amor es un sentimiento que nos aleja de la maldad! ¿Qué pasará por sus mentes? ¿Qué sentirán en verdad?
Si conocen y creen y dicen respetar, ¿por qué son todo lo contrario? Ya no son tontos, son estúpidos. Los estúpidos repiten sus errores. Algún día fueron tontos, cuando por primera vez hicieron el mal, y luego qué! ¿les agradó ese sabor a maldad? ¿sabiendo que de por sí debemos despreciar lo malo?
Quizás qué cosas pensarán antes de dormir...
Apz, verdad que se dejan llevar por instinto. Solamente duermen porque deben hacerlo. Escrito el 03/03/2010 01:35 am
