My Girl~

Pequeña, frágil, inocente... aún así sus manos sudorosas pero suaves hacían entender a las paredes su situación.
Entendiendo absolutamente sola la casualidad, mientras pisaba el maldito suelo sin vida.
Relató su corta vida con detalles adultos sin conocer aún la maldad. Borró algúnas etapas luego de más de una década, así puede agradecer su desgracia, quien hizo sus pensamientos diferentes, desesperarse en su entendimiento.
¿Y a quién perdonar? Su conciencia se revienta una vez al mes.
jamás ha escrito su confesión, ni siquiera en las dos palabras necesarias para hacerlo, no tiene la valentía, puedo apostar que nunca la tendrá.
Sus ojos no esconden nada, nada que los demás noten.
Y me dices :¡¿Por qué?! ... y respondo lo común: Porque eres más fuerte. Y vuelves a decir ¿por qué? y yo ya no sé qué responder, porque ni yo encuentro la verdad. Te miro y no puedo reconocerte, ¡cuánto has crecido!
Pueden existir muchas razones, pequeña, para que te hayas convertido en adulta, fuerte y madura, y jamás nadie más podrá tener una buena razón como yo.

Perdón por no protegerte

oui?

Camina y no siente la fría y refrescante brisa de la mañana, porque su piel se vuelve dura por las capas de envidia y egoísmo. ¿Cuándo verá lo valioso que son las posesiones que se tiene? ¡Cuándo!. Nada es suficiente piensa. Pero... si no fuera suficiente no podría sobrevivir, no!, corrección, no podría "vivir". Porque si tiene buenos momentos ¿no?. Disfruta de la vida como cualquiera, pero nadie le ha tocado las mejillas con una bofetada. ¿Por qué no le gustan los ojos color café?. No se da cuenta del hermoso color que toman al chocar con los reflejos del sol, un color dulce, caramelos de miel. ¿Por qué no se aprovecha del cariño de su madre y pide más? Lo desprecia, porque lo tiene. ¿Por qué sigue comportándose así? Porque los placeres son mejores. ¿Qué placeres? Dudo que sean los permanentes.
Tiene el corazón blindado, sin saber lo peligroso que puede ser que tres pasos suban los escalones, y en cinco segundos, no, en diez segundos mejor, el orgullo atraviese su corazón. Y lo siento, pero... por supuesto que no, no puede volver.
¿Cuándo cambiaría? ¿Mañana? Ya no existe...
Ahora tú, también puedes hacerlo mañana. Ja!

d'innombrables heures~

De a poco retiró el labial carmesí que tanto la identificaba. No quería oír más halagos superficiales, solo deseaba leer mentes, más que nada corazones, y que también pudieran leer el de ella.
De vez en cuando creía que podían leer su mente y la aterrorizaba eso, pero para corroborar que no era así, pensaba con detalle lo que nunca había dicho, y que quería con todo su ser decir, lo cual hubiera destrozado infinitos suspiros. Pero nadie reaccionaba sospechosamente cuando esos momentos pasados se reproducían como obras teatrales en su cabeza.
Pensaba que su madre quizás sería capaz de tener ese don, pues siempre fue alguien especial para ella, pero luego oía unas cuantas palabras y notaba que era como todos los demás, y una lágrima bastante aislada se deslizaba por su tostado rostro.
Se sentía algo débil moralmente y su conciencia volaba por entremedio de las partículas de polvo, y volvía para aterrizar junto con remordimientos formados del polvo tal vez, porque su fuerza de voluntad era más cobarde que ella.
Solía escribir historias y sentimientos inventados, con la típica escencia del amor, pero ella no amaba... no de esa forma.
Tomó su bolso rojo desteñido, bajó la escalera con cuidadosos pasos para no despertar a nadie, revisó la despensa y saboreó algunas galletas de miel, salió a la húmeda calle poco transitada, observó el bosque, respiró profundo y caminó por más de media hora, llegando a la laguna en medio de la nada, se recostó en los salvajes pastizales sin importarle que estaba mojado de rocío. Tan solo quería apreciar ese azul especial del cielo cuando aún no es noche ni día. Quería renovarse, no ser ella en ese momento, mejor sacar su corazón y rasparle todo ese asqueroso sentir, aunque quedara nada más que un trocito, hubiera sido feliz así.
Ya no podía llorar.
Pasaron creo que mil doscientas horas porque ya no tenía aroma a loción de vainilla, que era lo único dulce en ella. Y pensándolo bien, ya sé por qué comía tantos caramelos.
Abrió sus pequeños ojos extranjeros falsos y recordó que aún le quedaba una galleta de miel. Cerró nuevamente los ojos y durmió diez minutos más, era lo mejor que hacía, para acortar el tiempo. Miró su reloj de mariposas y ya era hora de que todos en casa estuvieran despiertos y su obediencia siempre la obligaba a hacer lo que no quería, por lo que sacudió de su cuerpo las hormigas que se aprovechaban de su somnolencia. Cruzó su bolso rojo por su hombro y caminó más de media hora. Al llegar a la húmeda calle poco transitada miró el bosque, respiró profundo, entró a casa, subió delicadamente la escalera, notó que aún todos dormían, se metió en su habitación, dejó su fiel y gastado bolso rojo sobre la cama, sacó su lápiz labial de su estuche hecho de cierres y pintó sus labios rojo carmesí mientras la segunda lágrima del día se deslizaba por su rostro, la cual era interrumpieda por sus siempre frías manos.-

Nouvelle étape~

Nunca más... Hoy es el último día, lo que tanto anhelaba ya llegó, y ahora no lo quiero. Quizás volver no es lo más apropiado porque ya no querría desearlo más, pero la nostalgia viene y no se va nunca, y es desagradable tener molestas sensaciones ahora. Creo que detesto extrañar, pero se siente bien... ¿detestar?.
En este momento prefiero el ruido al silencio, y es raro, porque por mucho tiempo sin parar decía cuánto quería tranquilidad. Y no imagino aún que tanto tiempo pasó, tan rápido en mi mente, ahora comienza lo nuevo, y tan solo debo acostumbrarme al cambio. No será la última vez.
Luego ese lugar donde estuve tantas horas, tantos momentos, quedará vacío, y los recuerdos encerrados en el.

La vie commune~

Si le pido a un instinto que salga de su meditación y me ayude, mi conciencia tomará un descanso con el fin quizá de que sea un descanso interminable.
El atardecer es bueno contemplarlo en soledad para despertar recién al trayecto de nuestros ya ocurridos días.
Sobre el tejado se pueden ver panoramas comunes pero novedosos, con un toque de anaranjado pastel, cálida expectación. Sobre todo si le das vida a una vida que ayer no existía...

Illusion de la liberté~

"Los buenos tiempos llegarán", ¿eso es para todos?, pienso la errada y positiva respuesta al ver tras las pequeñas rejas de fierro que me separan del mal de vivir afuera, allí donde el viento se hace sentir, donde las mariposas no se dejan atrapar ni por la suave arena que vuela junto al sol, ese sol que se ve maravilloso y que se siente asesino, no por el calor infernal que siento aquí, sino por ese espejismo de mí, sí, yo junto al río con mis brazos extendidos que alcanzan el este y el oeste, golpeados por ese aroma de libertad infinita que se desparrama como un dulce perfume en el cuello de una criatura.
El tiempo se alarga cuando mi acompañante es la inutilidad y cuando el aburrimiento es mi amigo imaginario.
En ti espero el final, porque al fin y al cabo "los buenos tiempos llegarán"...

Papier et d'encre ~

Ojalá viniera alguien que me apuñale tanto como para causar culpa, y por fin ser reconocida o por lo menos recordada, da igual el por qué.
Si tan solo se dieran cuenta de que no existe ese tipo de sentimiento en mí, no mal interpretarían la situación. Por los vidriosos ojos ajenos se reflejaría mi normal actitud de madurez intermedia, una madurez que recién comienza a madurar, brotando sentimientos de adolescencia, sin más amor descontrolado y confundido descomunalmente, sin poder pronunciar palabras con ese sonsonete hostigador, sino con palabras plasmadas en un pedazo de papel que entiende lo que la tinta le transmite y que soporta la humedad de las gotas caídas de arriba, sí, de esas gotas que comprimen sentimientos ocultos y que descaradamente quieren ver luz, aún siendo un día nublado, solo quieren ser... ¿y tú?