Tú entras a la habitación e invades todo lo que en verdad soy. Si reiteras que te irás, todo yo se desvanecerá. Cuando vuelves a decir que no me crees, llego al punto de no conocerme, y desgarrar la piel de mi realidad para conocerte.
Aún sabiendo que mientes, intento convencerme que tú eres mi verdad.
Temo que cuando ya no estés nunca más, siga intentando todo lo que he intentado en este tiempo y me obsesione.
Y mi naturaleza me insta a hacer lo que no quiero y tal vez tú seas mi naturaleza.
De repente vuelvo a la realidad y comienzo a creer en mi.
En algún lugar estarás y ni quedará tu sombra aquí. Veo tus labios cuando hablas y te deseo aún más.
Hoy volví a mis responsabilidades y no tengo animos. Mi cara sin expresión lo demuestra. No me reconosco, mi piel blanca y mis ojos sin brillo como si no hubieran.
Verdaderamente inexistente.
¿Cuántas veces el tiempo habrá parado, y no pude estar conciente para aprovecharlo? Inutilidad absoluta.
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