lunes, 14 de junio de 2010

décoloration~


Dulce mujer que cuando aquella esfera se apodera del cielo, opacando a las estrellas, ella se vuelve deliberadamente vulgar, Con sus cabellos teñidos de sangre, hipnotiza, cuando no respira.
Y más que una palabra, es una promesa, que ella no se atreve a aceptar, por orgullo y vanidad.
Cada letra que pronuncian sus labios, suenan a resentimiento, amargura.
"¿Qué es conciencia?", se pregunta cada vez que la juzgan, y luego "¿Quiénes son ellos para juzgar?" y grita "¡no se atrevan a juzgarme!". Sus dichos imparten poder, su mirada justicia, aunque ésta no funcione en ella.
Sus dos piedras turquesa ya casi sin color, suelen no mostrarse.
En su locura tiene paz, tanta que impacienta. Su frágil estructura atemoriza pero por lo menos a ellos atrae, "y es lo que importa" dice.
Seis días y medio, todas las semanas, toca su pianoforte, y aún es inexperta.
Poco a poco y lentamente el tiempo llega y se va y sus cabellos teñidos de sangre se cubren de cenizas, y luego ella entera es ceniza.

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